10 de Diciembre 2004

Miércoles, luna llena

Había una vez un niño que tenía un abuelo que sólo le contaba cuentos los miércoles de luna llena. Claro, le contaba muy pocos, porque no resulta nada fácil que un miércoles cualquiera la luna brille en su plenitud. Así, los miércoles y las lunas constituían la conjunción más deseada por el niño. Miraba al cielo y al calendario y buscaba los ojos de su abuelo, tras los que se escondían las ansiadas historias.
El niño creció con tan sólo un puñado de cuentos en su haber. Quizá fue esta misma escasez la que los hizo tan valiosos. Pero el niño no lo supo hasta muchos años después, cuando empezó a vivir deprisa, sin fijarse, y un día que estaba muy triste se dio cuenta de que guardaba en su memoria cada detalle de aquellas historias cicateramente dispensadas. Los cuentos de su abuelo le proporcionaron entonces consuelo de luna llena.

Escrito por Clarice a las 10 de Diciembre 2004 a las 11:00 AM | TrackBack
Comentarios

nada como una buena volea...:)

Escrito por mOe:) a las 10 de Diciembre 2004 a las 01:39 PM

yo le contaba cuentos a mi abuelo...

Escrito por Esstupenda a las 10 de Diciembre 2004 a las 06:12 PM
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