Este cuento cuenta la historia de una profesora que intentaba enseñar a su alumno a colorear sin salirse de los límites. El niño se enfrentó el primer día a su tarea con ánimo aplicado, dispuesto a cumplir con las instrucciones de su educadora, tendentes, lo más seguro, a hacer de él un hombre de provecho. Sin embargo, se encontró en seguida con un problema. Tenía que colorear sin salirse de los límites, vale, pero, ¿dónde estaban los límites?
El niño miró a su alrededor con inquietud, intentando advertir la presencia de cualquier demarcación que confinara su actividad pictórica, pero no percibía nada. Así que cogió un lápiz azul y empezó a pintar sobre el papel, luego continuó por el pupitre, la silla, la pared de la clase, la puerta por dentro, la puerta por fuera... Trazó una fina línea azul por toooooodo el pasillo, llegó a la puerta de salida y allí... Se topó con el portero. Eh, dónde va usted?, gruñó el bedel, al tiempo que le cogía por la oreja. Inmediatamente el niño pensó: Ah, este debe de ser el límite y dejó de colorear.
A partir de ese día, siempre que la profesora le conminaba a colorear, SIN SALIRSE DE LOS LÍMITES, el niño recorría el mismo camino desde el papel hasta el portero, pintura en ristre. Hasta que un día, viendo al bedel despistado observando las volutas de humo que salían de su cigarrillo, el niño se armó de valor y, con el corazón galopando, se atrevió a pintarle un zapato. Se salió de los límites. Corrió entonces hasta la clase y se sentó en su pupitre, jadeando, invadido por la excitación y con una media sonrisa cruzando su cara colorada.
Transgresión de límites, gusto por lo prohibido, liberación ante la opresión...no me extraña la sonrisa. Es mas, casi te diría que me resulta familiar...
Escrito por Netta a las 29 de Octubre 2004 a las 10:39 AMQue bonito...
Mal, muy mal....el niño se quedó corto, que es eso de pintar el zapato a un pobre bedel revenío como si fuera la gran proeza...el niño hubiera debido pasar del bedel, seguir su línea azul por el colegio por fuera, por la calle, hasta la plaza, la avenida, fuera del pueblo por la carretera en medio de los campos, hasta juntar la azul suya con la línea del horizonte...(o que se le acabe la mina)...los peores son nuestros propios límites, los que nosotros solos nos ponemos, como pájaros con la jaula abierta.
Escrito por mOe:) a las 29 de Octubre 2004 a las 12:05 PMDale tiempo, Moe...
Escrito por soloclarice a las 29 de Octubre 2004 a las 12:07 PMUna mente libre???
Escrito por cedrik a las 29 de Octubre 2004 a las 03:21 PMqué bien, me encanta
Escrito por Esstupenda a las 29 de Octubre 2004 a las 06:38 PM