He ido a ver a mi madre. Estaba preparando la comida y me he tomado un café con ella en la cocina mientras la observaba picando cebolla y pimiento sin parar de hablar. No sé por qué, de pronto, se ha quedado pensativa y me ha dicho: sabes, hija, últimamente me miro al espejo y, en vez de ver mi cara, veo la de mi madre y pienso que cada vez soy más como ella. Yo le he dicho que a mí también me pasa a veces, que me miro y la veo a ella. Sabes lo que quiere decir eso?, me ha preguntado con cierta congoja. Claro que sí, la he respondido, que las dos nos parecemos muchísimo a nuestra madres. Y nos hemos echado a reír sin darle más vueltas al miedo que nos da envejecer.
Escrito por Clarice a las 17 de Noviembre 2004 a las 01:16 PM | TrackBackPor qué??...envejeceis estupendas :)
Escrito por mOe:) a las 17 de Noviembre 2004 a las 07:57 PMsc, sólo quería decirte una cosa que he repetido hoy bastantes veces:
¡Al fin sola!
Era eso.
Escrito por Missy a las 17 de Noviembre 2004 a las 11:49 PM¿Quien dijo miedo? Viva la arruga, el envejecer pausado y la madurez consciente, llena de plenitud. Ah...esas patitas de gallo, ¡que adorables¡
Escrito por Netta a las 18 de Noviembre 2004 a las 11:57 AMyo he hecho eso...no hace tanto
murió en febrero, ahora siempre que me miro al espejo la busco a ella.