4 de Enero 2005

Kampa con Holan.

isla de kampa.jpg

Atardece tan pronto. Veo por encima. Observo buscando. Hay barro, árboles. Sospecho las circunstancias, los caminos de abajo, los cielos de otros, los otros días en los que yo no paso por aquí. Veo esa casa hermosa y azul, la noria que revuelve el agua del canal que la hace isla.

La niña leía en la ventana. No leía. Tenía el libro ante ella pero me miraba. Sospechaba. Yo sospechaba también que una se puede quedar ahí para siempre, mirando. Mundo reducido. Calle amarilla. Aire para ponerte del lado que más te guste.
Enséñame, cuéntame lo que sentías. Hablo con él, que se ha quedado dormido en un banco del parque de Kampa, junto a su casa. Ella también pasaba por allí y decía:
¿Oyes esa música
que cruza como luz la oscuridad
mientras la oscuridad gira
y yo con ella?

Claro. Es difícil no escuchar la música. Aquí es imposible. Ya oscurece y Holan me dice que por las noches él hablaba con Hamlet como yo hablo con él ahora. En esta noche. Dice que desde la ventana comenzó estos diálogos nocturnos que le condujeron hasta donde pocas personas han estado jamás. Escucho para luego contar. Todas las cosas terminan siendo ventanas. Todas las personas. Me pregunta: La vida es un misterio perfectamente legible ¿Qué suerte que no sepamos leer?
Tal vez. No sé cómo contestar. Nadie sabe en Kampa. Por eso no se mueve este trozo de tierra que no existe realmente. Sedimento. Isla de escombro. Parque inventado entre aguas.
El poeta prohibido quiere vivir en Praga pero busca refugio. Quiere ser solo. Ser Kampa, dentro-fuera de Mala Strana, con fantasmas, sin cafés. Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio para encontrar, ya viejo, a un niño que llora abandonado por el mundo en su umbral.
Confieso que nada llevo. Me avergüenza mi pequeñez. Adelantándome varios pasos en la realidad a mis acompañantes me quedo dormida junto a él en ese banco de madera, árbol.
Le digo ahora: no soy Clara. Me dice: Tampoco yo fui Vladimir.
Nos asomamos a la barandilla, el río se lleva la mirada de la niña en la ventana que abandona definitivamente la fingida lectura

Escrito por Clarice a las 4 de Enero 2005 a las 10:26 AM | TrackBack
Comentarios

Y esos bancos que parece que te van a llevar rodando no se sabe donde...

Escrito por Bo Peep a las 4 de Enero 2005 a las 09:17 PM

en mi blog tb nombro mala strana.Me ´suena la foto,no la imagen,pero sí la textura del aire y color del tiempo en Chequia?

Escrito por Tanis el semielfo a las 11 de Enero 2005 a las 12:28 PM
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