Había anochecido cuando salimos de la biblioteca. No hacía frío ni podíamos besarnos. Nos sentamos allí, en una mesa del Café Gijón. Entre su descafeinado y mi cocacola se extendía nuestra cuerda floja. Entendemos la fragilidad, por eso envolvemos todo esto en papel burbuja.
Escrito por Clarice a las 3 de Febrero 2005 a las 09:23 AM | TrackBackBesos que huelen a cafeína,
que sólo se huelen...
Mejor en papel burbuja que en esparto. ¿Por qué no se me había ocurrido?
Escrito por Trippy a las 3 de Febrero 2005 a las 12:32 PMEntiendo, comparto y hasta te diría que me gusta tu cuerda floja. Y ya puestos, hablemos también de fragilidades, de su belleza y de la ternura.
Escrito por Netta a las 3 de Febrero 2005 a las 04:33 PM¿Y había haches nadando como peces en el mármol de las mesas? ¿Sonaban silenciosas las cosas que no se dicen, que se mueren al borde mismo de los labios antes de tocar el aire?
Escrito por Uno que mira a las 3 de Febrero 2005 a las 06:24 PMqué bien si sirviera...
Escrito por Esstupenda a las 4 de Febrero 2005 a las 09:14 AMHay momentos que se sienten de tal forma que parecen evaporarse en la memoria.Saludines.
Escrito por pitijopo a las 4 de Febrero 2005 a las 10:21 PMMágica forma de hacernos partícipes de ese momento.
Escrito por Isthar a las 8 de Febrero 2005 a las 07:27 PM