Como soy muy dada a las transformaciones frutales y ya es verano me he hecho sandía. Jugosa y roja y dulce y chorreante. Sandía de las que crujen cuando hiendes el cuchillo en su cáscara suave y se abre como un mundo de posibilidades y se muestra brillante, tentadora, fría y rebosante. Tengo lunares negros que pueden partirte un diente según donde me muerdas, así que ve despacio o asume el riesgo de un bocado temerario. No acepto cala ni cata, tienes que llevarme entera. Hoy soy una sandía y como es verano ya puedes comerme.
Querida clAricE :)
Me es muy grato que te transformes en sandía pues esta es una de mis frutas preferidas, tanto por la tersura de su piel, por ese sonido de quiebra que citas al hendirla, como por su naturaleza jugosa y chorreante, que invita al abuso del hocico y al descarte de toda etiqueta y buenas maneras en su consumo. Nunca me han parecido obstáculo las pepitas, como puedes suponer de mi natural voraz y omnívoro. Te confieso clArice querida que me es gratísima la Sandía con Chorizo, variante peninsular de ese melón con jamón tan refrescante :) Enhorabuena por tu nueva sazón :) Besos jugosos y chorreantes :)
Ummm....sandia!!
Que rica!!
Buena transformación...!!!