Dice que veía chispitas (como estrellas). Luego fogonazos (como relámpagos al otro lado de la frente). Ahora le anuncian que se puede morir, como todos, pero ella ya, ahora mismo, hoy o mañana. Castigada por ver chispitas, por tener estrellas en el cerebro (que a quién se le ocurre). No debería. Ella ya ha hecho un montón de esfuerzos, ha demostrado que le apetece seguir por aquí. Lo ha dicho en alto, pero los oncólogos aseguran que eso no es suficiente, que las ganas de vivir no valen una mierda. Ella dice que tiene mucho que hacer, que no tiene tiempo para andar muriéndose. Lo dice a grito pelado, pero nadie le hace caso. Y, encima, los que la quieren no tiene ni voz ni voto en esta absurda historia.
Escrito por Clarice a las 7 de Septiembre 2004 a las 11:31 AM | TrackBackLas cosas importantes, será casualidad, no se votan...Las montañas, el mar, los árboles...sOn. Quizás alguien debiera ayudarle a contar las chispas, los fogonazos, las estrellas, los minutos, los sorbos de agua, los besos últimos...
Escrito por mOe:) a las 7 de Septiembre 2004 a las 02:25 PMSupongo que será el precio a pagar por ver rayos y chispitas, aunque no deje de ser cruel.
Escrito por Curro a las 7 de Septiembre 2004 a las 06:50 PM